Tecnopolítica con Gabriel Bohórquez

Tecnopolítica: una mirada al futuro que se hizo hoy:

Quiero iniciar estas reflexiones partiendo de unas de las tesis más famosas y aceptadas de esta década: aquellas que Moíses Naim planteó en su libro “El Fin del Poder” que el poder cada vez está más fragmentado, los grandes tienen menos poder, los pequeños tienen menos barreras de ingreso a cualquier entorno, esto dentro de tres grandes revoluciones: la revolución del más, del transporte y de la información.

En consecuencia, partimos de que cada vez hay más, más personas interesadas, más personas que hacen, más organizaciones que nacen, más empresas que compiten, a su vez, las distancias físicas se estrechan mientras la información las elude achicando brechas de inclusión en los asuntos políticos, entendiendo para ello la definición que Losada y Casas brindan de su libro “Enfoques para el análisis político” quienes conceptualizan a la política como “todas las interacciones que se hacen en torno a la asignación de valores públicos.” 

(para efectos de nuestro objetivo conceptualizado en la educación cívica, encontramos más adecuada usar esta valoración de la política)

Por ello vemos que cada vez más personas activamente participan en todas las interacciones, simbólicas, institucionalizadas o no institucionalizadas en aras de incidir en la gestión gobierno, se lanzan más iniciativas, campañas, plataformas sobre un asunto público, mientras se organizan movilizaciones masivas en menos tiempo. ¿Por qué sucede esto? esencialmente debido a tres factores: desde 1989 los ingresos per cápita a nivel mundial se han multiplicado exponencialmente, para colocarlo en cifras, la humanidad ha crecido económicamente hablando, desde 1989 hasta el 2021 el mismo porcentaje que creció desde el siglo XIII hasta 1989. 

Dicho de otra forma, en tres décadas hemos avanzado más que en los 600 años previos, esto significa que hay mayor cantidad de personas clase media, las cuales cuentan con mayor tiempo libre para dedicar a otros asuntos. Si a ello le sumamos la revolución del transporte, más personas han viajado y conocido otras realidades, por último, con la revolución de la información, la humanidad está más enterada de los asuntos públicos. La teoría dice que a mayor interés, mayor participación política, por lo tanto, en la medida que las personas están más integradas a la dinámica del sistema social, son políticamente más activos, al menos desde el rol cívico.

Ante este contexto la tecnología se tornó en una herramienta para la definición de los asuntos políticos, inicialmente fue usada como potenciador de la comunicación política de los actores primarios (gobernantes o poderosos) del sistema para difundir a la opinión pública una perspectiva favorable, fue de este modo que la prensa, radio y televisión configuraron el rol de las tecnologías en la política hasta entrado el siglo XXI, porque ciertamente las barreras de ingreso para la televisión de un ciudadano promedio, son bastante altas, fuera de pequeños espacios de entrevista de noticieros en la calle, que son más azarosos que la lotería, difícilmente exista una vitrina libre para expresar sus opiniones e incidir en los asuntos públicos a través de la TV.

Aquí hemos llegado a un punto ¿Qué es la tecnopolítica? es la utilización de los medios tecnológicos en la comunicación, acción y gestión política, (Gutierrez-Rubí 2014) y aunque tradicionalmente el acceso a estas tecnologías eran solo para elites de actores políticos, la realidad es que desde la irrupción del internet, este siglo XXI le ha dado un vuelco completo a la practicidad de la tecnopolítica, de hecho, si algo es característico a la hora de hablar de tecnopolítica, son las nuevas formas de ciudadanía, aunque el concepto no se agota en ello.

Desde que empezó a surgir lo que conocemos ahora como internet 2.0 (páginas de internet donde se “suben” archivos) las barreras para el mensaje han caído vertiginosamente, el primer producto de ello son los Blogs políticos, porque ahora, al comunicarse, las personas ya no envían un mensaje bidireccional, no es una conversación “de extremo a extremo” es un mensaje público, para el mundo, para cualquiera que pueda ingresar al sitio web.

Dos décadas después de la masificación de la World Wide Web las barreras de ingreso han disminuido mucho más, adquirir un equipo con acceso a internet es menos complicado, en España para el año 2014 el 67% de las personas tenían acceso a internet a diario, mientras que América Latina la cifra ronda un 40%, la mayoría ingresa mediante un Smartphone, un celular de última generación que lleva consigo de lado a lado a través del cual se “conecta con el mundo”, en cuestión de segundos puedes hacer un “tweet” que se viralice, puedes grabar un acontecimiento inesperado que se esparcirá como la pólvora, o puedes decir algo que sin esperarlo, un famoso responderá.

Estamos más interconectados, esa es la primera premisa de la tecnopolítica, los mensajes se difunden más rápido, nos comunicamos en tiempo real, planificamos en tiempo real, nos enteramos en tiempo real, la ciudadanía ha acortado sus tiempos de acción. destacamos esto en primer lugar porque es el primer efecto de la tecnopolítica, ciudadanos 2.0 que discuten, deliberan u organizan a través de las tecnologías, principalmente a través de redes sociales.

No obstante, a la hora de analizar si el mundo ha cambiado, aún debemos ser precavido, las tendencias no son hechos consumados, en consecuencia de esto, el mayor o menor acceso a un entorno puede generar monopolios de opinión, las brechas digitales en sí generan monopolio de opinión, por lo tanto, la ciudadanía 2.0 son muestreos de sujetos sociales, en un entorno que es presto para análisis profundos acerca de la constitución  de la opinión pública u otros efectos.

De dichos sujetos sociales, que no es otra cosa que nichos de estratificación, surgen a través de la tecnopolítica liderazgos de opinión, caracterizados por crear corrientes de opinión importantes, posteriormente a estos liderazgos de opinión nativos digitales les han llamado “influencers”, entre otros, los hispanoamericanos conocemos a Gloria Alvarez, Agustin Laje, Javier Milei, y algunos que si bien no se dedican a asuntos públicos, las propias realidades vertiginosas en contextos hóstiles les han obligado a fijar posiciones, como “Luisito Comunica” o “PewDiePie”, sólo por citar referentes regionales, a nivel nacional y subnacional existen muchísimos que escapan a las generalidades de estas letras.

Incluso, dentro de las comunidades 2.0 el efecto cardumen muchas veces prescinde de liderazgos impulsores, movimientos como el 15m en España, también recientemente la maniobra de la bolsa de valores para salvar a GameStop coordinada desde Reddit. incluso encontramos movimientos más estables en el tiempo como el criptoanarquismo y la comunidad trader de criptomonedas. No obstante, los principios de la acción política son inexorables, las élites toman el poder porque las masas son estoicas, como se lee en la obra “Discursos sobre la época de tito livio” las masas son efervescentes, osadas, pero en el fondo son miedosas, porque el ímpetu nace del orden, no de la efervescencia, dicho en otras palabras, las tecnologías 4.0 son ideales para la autogestión, pero para mantener movimientos sólidos en el tiempo. Aún así se siguen requiriendo liderazgos, de hecho, las últimas tendencias de marketing digital sugieren enfocarse en “la creación de comunidades”

Con base al último punto otros de los grandes beneficiados son los actores secundarios, aquellos que llamados “organizaciones”, puesto que las tecnologías digitales han reducido las barreras para su comunicación o propaganda, por lo tanto, a través de la tecnopolítica organizaciones de la sociedad civil se han masificado, popularizado, y en la actualidad han creado plataformas completamente digitales para educación, gestión y demás asuntos organizacionales. Por una parte los medios digitales aportan capacidades de gestión corporativa, a través de teletrabajo, teleconferencias u otras prácticas que disminuyen los tiempos de organización y ejecución, aumentando la efectividad.

Siguiendo ese sentido, la presencia digital para las organizaciones de la sociedad civil, así como para las empresas, son sinónimos de prestigio, modernidad, optimización, además de confiabilidad, estudios demuestran que el 25% de la presencia digital de grandes empresas son reseñas de usuario, en la actualidad quien no existe digitalmente, difícilmente masifique su presencia fuera de la red. De hecho, el manejo de tecnologías es una propuesta de valor disruptiva, tanto así que genera certidumbre en doble efecto, a nivel interno brinda percepciones de efectividad, a nivel externo aporta una imagen de presencia total, un ejemplo de ello en los asuntos políticos es el partido Pirata alemán el uso del software “Liquid Feedfack”, o el partido argentino Red con su software “Democracy OS”, incluso, PODEMOS en españa con appgree.

Por último, lastimosamente a nivel de gobierno estos cambios son bastante lentos, ya advertía Samuel P. Huntington en “El orden político en las instituciones de cambio” que las necesidades de la sociedad cambian más rápido que la respuesta de la burocracia adaptándose lentamente, la digitalización es una oportunidad tremenda para la simplificación de trámites administrativos, como lo reseña el BID, además también es una oportunidad para aumentar la eficacia de gestión pública y entrar en un proceso de mejora continua debido a los grandes datos que genera las interacciones digitales de los ciudadanos con las entidades públicas, permitiendo conocer cuáles son las mayores falencias del servicio o adecuarlo a las necesidades reales de la población.

Entre los ejemplos que podemos citar de buenas prácticas tecnopoliticas a nivel de gobierno vale el esfuerzo mencionar:

Inmuni (italia)

Esta aplicación fue lanzada hace un año en respuesta a la emergencia sanitaria del COVID-19, consiste en un software que conecta a los teléfonos vía bluetooth a determinada distancia, cuando una persona sale positivo puede enviar la notificación al servidor, que se encarga de notificar a su vez a todas las personas que han tenido contacto o han estado cerca del caso positivo, quienes ahora están en riesgo de contagio, esto protegiendo la identidad del contagiado. La aplicación permite además gestionar el acceso al sistema de salud y brinda una excelente herramienta de control de casos a las autoridades sanitarias.

Gob.EC (Ecuador)

Esta aplicación es a su vez parte de la página web del mismo nombre, su intención es facilitar los trámites administrativos dentro del Ecuador, por lo tanto actúa como un portal informativo donde las personas pueden ingresar a documentarse respecto a cualquier trámite que deban hacer ante las instituciones gubernamentales, desde requisitos, sedes hasta horarios.

Siipne-Móvil (Ecuador)

También en Ecuador, Siipne es una aplicación móvil para los organismos policiales que brinda información a tiempo real interconectando todas las bases de datos de los diferentes cuerpos policiales, esto les permite saber a cualquier funcionario en tiempo real si la persona que están revisando a través del procedimiento, es alguien solicitado por otras dependencias policiales, agilizando los tiempos de respuesta y reacción de los cuerpos.

Chile compra.

Chile compra es una plataforma web de licitaciones públicas del mencionado país, en ella cualquier persona tiene acceso a las ofertas de licitación pública que hace el gobierno, así como los perfiles de los aspirantes a contratistas públicos, permite poder auditar los costos del proceso con total transparencia, lo cual es una excelente vía para detectar anomalías, sobre presupuesto y diferentes tipos de irregularidades, siendo una excelente práctica de gobierno abierto.

 Referencias web y bibliografía:

 https://democraciaos.org/en/

https://liquidfeedback.com/en/

https://www.appgree.com/appgree/en/

https://www.chilecompra.cl/

https://www.gob.ec/
https://www.immuni.italia.it/download.html

https://www.gutierrez-rubi.es/tecnopolitica/

https://www.bbc.com/mundo/noticias-55833782



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